Si no fuera por el súper domingo que firmó la pasada semana en el US Open y que le llevó a coleccionar otro top 10 en los grandes, el diagnóstico de Jon Rahm sería que necesita un descanso. Lo evidenció el viernes en el Travelers, en la segunda jornada, que despachó con 71 golpes, uno sobre par, resultado que le dejó pendiente de la web del PGA Tour toda la tarde para conocer su continuidad o no en el torneo de Connecticut: al final, no pasó el corte. (Resultados)
A la intermitencia del juego que había enseñado el jueves, pero que lo resolvió con gran acierto en los greenes en momentos críticos y un par de golpes de antología, el golfista de Barrica sumó en la segunda ronda un juego ramplón con todos los palos de la bolsa en general.
El oficio le permitió no irse más allá del +1, es lo que tienen los grandes jugadores en los días malos, pero las sensaciones no fueron positivas desde el inicio (empezó por el hoyo 10), donde no cogió el green con el segundo golpe, le cayó un bogey y ya tuvo el día cuesta arriba.
Con el único balance dos birdies en los dos pares 5, sólo la mitad de calles cogidas, otra vez 7 de 14, fallando cinco greenes y 32 putts, los números fueron tumbativos. Ahora afrontará un parón de tres semanas antes de abordar el asalto al Open Británico, el último grande de la temporada.
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