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Vela

SailGP, en busca de los límites de la vela

En el 'Rolex United States SailGP' de Chicago arrancó la temporada 4 de una competición marítima revolucionara que quiere trascender

SailGP, en busca de los límites de la vela

A vista de pájaro, el Navy Pier de Chicago es un brazo de tierra con una noria, tiendas, restaurantes y un hotel, The Sable, un muelle moderno y larguísimo que se adentra en el Lago Michigan, la gigantesca porción de agua dulce del mapa de América del Norte que baña la 'Ciudad del Viento'. Desde las alturas, 10 catamaranes F50 de última generación y vivos colores, dotados con una vela que parece el ala de un avión vuelan cual naves espaciales sobre el agua a una velocidad nunca vista, explorando los límites de la navegación.

La pesadilla de la derrota en 2017 en la America's Cup a manos del 'Team New Zealand' dio un paso a un sueño para Larry Elisson, el dueño de Oracle, una de las 10 fortunas del mundo. La búsqueda constante de la excelencia, la destreza de los regatistas más cualificados del mundo, el desarrollo tecnológico al servicio de la navegación y el respeto absoluto por el medio ambiente, de tal manera que se premia al más cuidadoso (Impact League), se juntan en una competición única que acaba de iniciar su cuarta temporada. Es SailGP, la F1 del mar. Llegó para romper moldes y se ha consolidado como un espectáculo de primer nivel. Ahora quiere trascender.

El 'Rolex United States SailGP' de Chicago, que ganó Nueva Zelanda y en el que el F50 'Victoria' español acabó quinto, confirma que SailGP es un espectáculo para todos los públicos, grandes y pequeños, lobos de mar y profanos (no hace falta entender de vela para emocionarse), y que los aficionados aman las carreras y la velocidad (el vértigo), pero nunca las habían imaginado así: sobre el agua, en una nave de dimensiones gigantescas (15 metros de eslora, 2.400 kilos y velas de cuatro pisos de alto), con seis navegantes vestidos como pilotos, con cascos, salidas en tromba después de un disparo jaleado desde tierra por los fans y pruebas cortas (no más de 16 minutos) entre regatistas top, campeones olímpicos y de la America's Cup, regatas disputadas a tumba abierta, donde las estrategias cambian cada segundo, como el viento, sin margen para el error porque a estas velocidades las consecuencias son fatales.

El Rolex United States Chicago abrió la temporada 4 de SailGP

No hay piratas en SailGP ni tampoco compite el RedBull de Verstappen, aunque las tres victorias de Australia, pilotado por la leyenda Tom Slingsby, en otras tantas temporadas podría invitar a pensar lo contrario. Los catamaranes, que pueden llevar hasta tres velas de distinto tamaño en función de las circunstancias de carrera (como los neumáticos para la F1), son idénticos, los datos se comparten en tiempo real (gracias a la tecnología de Oracle Cloud Tecnology, de papá Ellison) entre los 10 países participantes en el circuito, y el espíritu de camaradería entre las tripulaciones de diferentes puntos del planeta, porque el mar baña los cinco continentes, es notorio.

Grandes carreras en ciudades míticas de todo el mundo, velocidad vertiginosa en el agua, alta tecnología de navegación, un circuito sostenible... Es un orgullo formar parte de SailGP

Tom Slingsby, piloto de Australia SailGP

El día anterior al evento de Chicago, la base de SailGP junto al estadio Soldier Field es un hervidero. La organización ha decidido suspender los entrenamientos en el agua porque hay demasiado viento, el riesgo de una rotura en los foils (hidroalas) es elevado y todas las entradas están vendidas. El show debe continuar pero a su debido tiempo. No hay nada más molesto para un navegante que pisar tierra firme, pero hay risas entre los marinos.

Rolex, 10 años con SailGP

Hay grupos de invitados en la base, como el de Rolex, que patrocina el evento de Chicago y que ha firmado un acuerdo de 10 años con SailGP para apuntalar su estrecha relación con la vela desde hace décadas. Tom Slingsby se acerca porque los patrones sienten que deben evangelizar sobre un circuito que nació para rivalizar con la America's Cup y que ha cobrado vida propia.

"No hay nada como esto. Es un concepto distinto a todo lo conocido. Grandes carreras en ciudades extraordinarias de todo el mundo, velocidad vertiginosa en el agua, un espectáculo que los aficionados ven desde tierra, la más alta tecnología de navegación, datos que se transmiten en vivo para todos los contendientes durante la carrera, respeto absoluto por el medio ambiente.... Es un orgullo formar parte de SailGP".

La fiesta de Ellison

Pertenecer a este gran circo en gestación. Formar parte de esta Liga tan transgresora, moderna y atractiva, ahora que da sus primeros pasos y puede convertirse en un fenómeno mundial, como la F1. Es la gran aspiración, terreno abonado para los emprendedores. Canadá lo hizo con Fred Pye, propietario de 3iQ, experto en activos digitales, pero en Chicago se bajó del barco. Russell Coutts, CEO de SailGP, apenas torció el gesto. "Tenemos cuatro propietarios interesados en el barco canadiense y antes de un mes resolveremos este tema". En Los Ángeles, que se estrena en el circuito, se celebrará el segundo evento (23 y 24 julio) y Canadá tendrá nuevo jefe.

En SailGP hay cuatro barcos económicamente autosuficientes. Suiza, nunca con agujeros en los bolsillos, fue el primero. A Dinamarca le patrocina Rockwool y a Gran Bretaña Emirates. Ben Ainslie, mito de la vela, testimonial (embajador) de Rolex, es también propietario. Estados Unidos es el cuarto barco sostenible y el reto para Antonio Alquézar, nuevo CEO de España, es encontrar inversores para que Larry Ellison deje de hacerse cargo de la fiesta. Su apuesta fueron cinco años con 7,5 millones de dólares para cada franquicia.

El viento cambia cada segundo, pues bien, menos de un segundo después, la tripulación de los F50 ya lo sabe

Warren Jones, jefe de innovación y tecnología de SailGP

El reto es alcanzar las 12 (ya van 10 en la cuarta temporada con la aparición de Alemania) cada una con un valor de 20 millones. Rolex se ha sumado al circuito de una manera más que presencial. Dio nombre al evento de Chicago y ya era el reloj oficial de la competición porque los valores de la innovación y la transformación, las claves de SailGP, la apuesta por la velocidad, la fuerza y la estabilidad entroncan con la tradición secular de la marca suiza, siempre impulsora de los grandes desafíos en náutica.

El idilio de Rolex y la vela sigue en SailGP

Hans Wilsdorf, fundador de Rolex, revolucionó la relojería a principios del siglo XX cuando entendió antes que nadie el potencial de un reloj de pulsera adaptado a los cambios vertiginosos de una sociedad que fue incorporando la actividad deportiva en un papel preponderante. 'Oyster', 'Perpetual' son algunos de los grandes inventos de la multinacional helvétiva, que ha mantenido una relación privilegiada con la vela, deporte que une tradición, rendimiento y tecnología. Rolex colabora con las principales regatas anuales, como la Rolex Maxi Yacht Cup, la Rolex Swan Cup y la Rolex Big Boat Series, y fruto de su pasión por la excelencia y la elegancia se ha vinculado por una década con SailGP dando nombre el evento de Chicago.

El reto ahora es navegar más rápido que nunca. SailGP es la historia del abordaje a un nuevo récord de velocidad. El viento manda, por supuesto, porque el hombre aún es minúsculo en su duelo contra la naturaleza, pero todo lo demás lo ha puesto este circuito de catamaranes voladores. El F50 es la evolución del AC50 de la America's Cup de 2017. Es la culminación de 10 años de desarrollo en regatas de alto rendimiento, con foils de fibras de carbono y multicascos. Vuela con sus timones con elevadores y dos orzas, pero la elevada es más rápida, plana y estable. Manda el viento y el objetivo en esta temporada que acaba de empezar es batir los 100 km/h.

No sé cómo explicarlo, es ir en un avión descapotable a toda velocidad en el mar, es una emoción nunca vista en la vela

Quentin Delapierre, piloto de Francia SailGP Team

En la campaña 3, en el evento en Saint Tropez, el catamarán francés conducido por Quentin Delapierre alcanzó los 99,94 km/hora, récord del circuito. "No sé cómo explicarlo, es ir en un avión descapotable a toda velocidad en el mar, con el agua salpicándote. Es una emoción nunca vista en la vela", dice el piloto galo.

¿De dónde sacan la velocidad? Del viento y de la información. El inglés Warren Jones es el jefe de innovación y tecnología de SailGP. "Cada barco tiene casi 1.000 sensores. En lo alto de la vela hay una antena que capta y lleva la información a la tripulación instantáneamente. º".

La tecnología no es problema

Con el dueño de Oracle al frente de la competición, la tecnología no es un problema para SailGP, que necesita 81 containers para llevar las naves de un evento a otro por todo el globo y 10 más para toda la logística tecnológica. La retransmisión por televisión, a la que se sumó en Estados Unidos la CBS, en Reino Unido ITV y en Francia Canal+ era un sudoku que el circuito resolvió.

Porque SailGP no sólo se disfruta desde tierra. Es la primera competición de vela que se ve por televisión con palomitas. Ha dejado de ser un espectáculo de entendidos. Dos helicópteros, drones 5g, cinco cámaras en cada nave, conexión instantánea y constante con el piloto, al que se le entrevista en el barco al acabar cada carrera, gráficos de última generación... Una experiencia inmersiva extraordinaria.

El toque humano

No dejan de ser regatas. Cuenta el toque humano. Porque los marinos son decisivos en una competición en la que todos llevan el mismo catamarán, comparten la información y parten con las mismas oportunidades. No hay democratización del éxito porque los marinos de Australia con Slingsby (oro olímpico, ganador de la Copa América, 2013) ganan siempre, los de Nueva Zelanda no se quedan muy atrás con otro campeón olímpico al frente, Peter Burling, y, por ejemplo, al mando del F50 de Gran Bretaña está Sir Ben Ainslie, el regatista con más medallas olímpicas (cinco, cuatro oros).

Barcos con tecnología punta y deportistas del máximo nivel. Este deporte nunca ha tenido nada igual

Sir Ben Ainslie, piloto de Gran Bretaña, testimonial de Rolex

Leyendas de toda la vida de la navegación compiten en las carreras de barcos más modernas. ¿España? Hace lo que puede, dando motivos para la esperanza después del evento de Chicago, donde acarició la gran final. "Estar en esta mesa ya es un éxito", dice Antonio Alquézar, el nuevo CEO del equipo español de SailGP. "Esta liga es un importante hito en la evolución de la vela. Barcos con tecnología punta y deportistas del máximo nivel. Este deporte nunca ha tenido nada igual", dice Ainslie mientras SailGP busca los confines de la vela.

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