INDYCAR

Indycar | 500 millas de Indianápolis

A Palou se le queda pequeña la IndyCar

El dominio del español, por resultado y por sensaciones, invita a pensar en sus opciones a empresas mayores

Álex Palou es el dueño y señor de la IndyCar en lo que va de...
Álex Palou es el dueño y señor de la IndyCar en lo que va de temporada 2023.Penske Entertainment/Joe Skibinski

Sin llegar a los extremos de Stefan Wilson, que elevó a Álex Palou al top 5 mundial de pilotos en la actualidad, sí que empieza a parecer evidente que la IndyCar se le queda pequeña al catalán. En su cuarto año en América ha llegado a una madurez

Nunca sabremos ya qué habría pasado en 2022 sin todo el follón Palou-Ganassi-McLaren que cortó en seco un año que hasta entonces llevaba un camino muy similar a este. Quizá la explosión que estamos viendo ahora en el catalán hubiese llegado antes de no haber mediado aquel novelón que dio la vuelta al mundo... y que, a la postre, ha sido mejor para Palou de lo que todos pensaban.

Su dominio tiene un mérito especial por la igualdad mecánica que es la base del campeonato americano. El piloto importa más.Penske Entertainment/Karl Zemlin

Quizá perdió medio año entonces y las opciones de su segundo título... pero ganó un pulso a todo un 'santón' del automovilismo como Chip Ganassi, se abrió la puerta de la F1 y del futuro con McLaren (con un caché acorde al de un campeón de IndyCar que le negaban en su equipo) y aprendió lecciones que van más allá de la pista con la gestión de ese affaire extra-deportivo. Quizá no le hizo mejor piloto, pero salir airoso (y vencedor) de todo ello le ha dado otro tipo de confianza adicional a la que ya amasó como piloto en su año de campeón en Estados Unidos.

Casualidad o no, fue arreglarse todo en vísperas de la última carrera de 2022 e iniciarse el tsunami Palou, pero esta vez en el asfalto en lugar de en los juzgados. Su victoria en el epílogo de la pasada temporada se recordará durante años como una de las más dominantes de los últimos tiempos... y ahora sabemos que solo era el inicio de lo que ahora estamos viendo.

Palou ha roto casi todas las barreras que le quedaban por franquear en la IndyCar. Ya está siempre en la lucha por la pole (la de las 500 Millas de Indianápolis queda para la leyenda del automovilismo español), ha ganado en un urbano por fin y se le ve capaz de hacerlo en cualquier momento en un oval. Y, si antes ya era 'míster consistencia', ahora es un martillo pilón.

Si contamos aquel Laguna Seca 2022 son nueve carreras en el top 10, cuatro victorias, ocho top 5... La ventaja de 74 puntos de la que goza en el ecuador del año es algo muy poco habitual en la IndyCar, donde en las últimas 17 temporadas el campeón se ha decidido en la última carrera. Seguramente este año sea el 18º... pero hoy día, viendo la consistencia del español, muchos apostarían por lo contrario.

Penske Entertainment/

Los números cantan pero son las sensaciones (las que transmite y las que genera en rivales, aficionados y periodistas americanos) las que justifican el argumento principal de este artículo: se le queda pequeña la IndyCar.

Ahora bien... Eso significa poco en un campeonato que, aunque actualmente tiene la autoestima mucho más alta que hace una década, por ejemplo, no ha sido vivero de la Fórmula 1, sino más bien al contrario, lugar de acogida de los que dejan la categoría reina, normalmente por la puerta de atrás. A sus 26 años, una edad tardía pero no definitiva, se puede defender que está dando motivos para que eso cambie.

Hace apenas unos meses parecía que Colton Herta, un piloto de fogonazos pero infinitamente más inconsistente que Palou, entreabriría las puertas de la F1 (más por 'política' -un piloto americano en un proyecto de equipo americano como Andretti- que por resultados, como suele pasar en F1) y pocos ponían pegas. Ahora, viendo el nivel del español... casi nadie podrá discutir que Palou empieza a gastar una talla más que la IndyCar Más allá de lo argumentado por Stefan Wilson, no es que estuviera bien verle en F1: es que se lo está ganando.

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